La verdad es que como
padres/madres (yo no lo soy) y como docentes, existe una tendencia a lo
que se se suele decir: enseñar como nos han enseñado. Esto no quiere
decir que repitamos exactamente lo que han hecho con nosotras. De alguna
forma cogemos lo bueno de las experiencias que hemos vivido, pero
también las malas experiencias nos sirven, porque nos han enseñado
aquello que no queremos reproducir.
Así, a veces de manera más
consciente y otras más inconsciente nuestras experiencias como hijos/as y
alumnos/as son la primera base en nuestra formación.Por tanto me parece muy interesante esta actividad en la que se nos pide el ejercicio de recordar y recoger algunas de ellas. En general puedo decir que he tenido buenas experiencias como alumna. O será que suelo quedarme con lo bueno. Voy a intentar se objetiva, pero me resulta muy difícil elegir solo dos.
- En Infantil estuve en 3 centros, dos en Jaén y uno en Córdoba. De esta etapa lo que recuerdo de forma más positiva es uno de los centros de Jaén que era pequeño, en una casa o chalet, con dos plantas. Yo tendría 4 o 5 años. El sistema era muy mecánico, rellenar cartillas Rubio. Pero había algo que me motivaba y que aún hoy recuerdo perfectamente. Y es que cada niño/a íbamos a nuestro ritmo. Cuando terminaba una cartilla, la maestra me enviaba a coger la siguiente en una habitación en la planta de arriba que en mi recuerdo era un sitio lleno de columnas altísimas de cuadernillos. Yo buscaba el siguiente número y a seguir. Creo que el hecho de darme esa autonomía me motivaba a acabar los cuadernillos muy rápidamente :-)
- En Primaria tuve un maestro de 1º a 5º de EGB, Don Ángel. Para mí era un buen maestro, pero quizá es que yo era una buena alumna, porque Don Ángel tenía una regla de madera con la que pegaba en la palma a los niños/as que "no se portaban bien". Es curioso como los tiempos y los contextos actúan, porque pese a eso no tengo el recuerdo de vivir esas situaciones como algo negativo, sino normal, o más bien "normalizado".
Pero algo sí que no me convencería del todo porque de esa etapa los mejores meses fueron cuando vino una profesora en prácticas, más joven, amable y que nos hacía otro tipo de actividades. A todos/as nos dejó encantados/as.
- En la segunda etapa de 6º a 8º de EGB teníamos tres maestros, como por ámbitos: Ciencias (Mates y Naturales), Lengua (Española y Francés) y Sociales. El tutor nos daba EF, Plástica, Música, Ética,... De ellos los dos varones eran maestros al más clásico estilo, y la maestra era más joven y nos leía en clase, nos proponía escribir relatos, poesías,... De hecho todavía me la encuentro y me dice que le gustaba como escribía, lo que me sigue llenando de satisfacción, como si volviera a tener 12 años.
Estoy recordando que es curioso que ellos eran Don Alfonso y Don Jesús, y ella simplemente Mabel.
Creo que en general el recuerdo positivo de todos/as es porque de alguna forma nos veían, nos conocían y nos reconocían. Era un centro pequeño, de un barrio, y ellos sabían quiénes éramos, conocían a nuestras familias.
Hasta la portera del centro hacía las veces de "abuela" de todos/as, y me cuidaba con cariño cuando tenía que salir de clase por el miedo tan grande que tenía a las tormentas. De hecho ella me enseñó algo también, que ayudó a que gracias al razonamiento, se me quitara este miedo. Y es que me dijo: <<si te da miedo el ruido del trueno no te preocupes, lo peligroso en la luz, el ruido viene después, así que indica que no ha pasado nada porque el relámpago ya ha caído antes>>.
- En la etapa del Instituto digamos que había dos grupos de profesores/as:
a) Aquellos a los que les costaba hacerse con la clase, que resultaba un desastre, nos portábamos fatal, ellos se desesperaban, y resultaba casi imposible aprender algo, además de resultar un clima muy negativo e incómodo, a pesar del aparente disfrute de la risas. Por suerte no hubo muchos de estos.
b) Aquellos firmes y justos que te exigían pero desde un respeto y una coherencia que te hacía admirarlos y respetarlos a ellos, y aprender mucho. Normalmente no gritaban ni se enfadaban. De estos me acuerdo especialmente de:
* Paca, de Historia, que se preocupaba tanto por nosotros y nos preparaba tantas historias, que un día paró la clase cuando me vio haciendo unos dibujos en el folio. Nos quedamos todos muy asombrados por su reacción. Nos contó que se había sentido muy decepcionada de que una buena alumna no estuviera atendiendo, que justo había estado hablando el día anterior con una amiga sobre si merecía más o menos esforzarse por el alumnado, y después de defender ella que sí, ahora le había sentado muy mal. Traté de explicarle que sí atendía, y fui a pedirle disculpas mil veces, pues se fue de clase y todo. Fue algo que me marcó, supongo que por ver la preocupación y humanidad en aquella extraordinaria profesora y persona.
* Fernando de filosofía. Aunque yo era más de ciencias adoraba estas clases. Además de por lo que nos contaba y cómo nos lo contaba, por la persona que era. Mayor, intelectual,... y muy despistado. Venía con las manos arañadas de haber estado cuidando de sus plantas, a veces hasta con algo sucio o roto, o con la etiqueta de la tintorería pegada,... Me enseñó que hay cosas mucho más valiosas que lo material, y como el mundo de las ideas y el aprender te puede hacer disfrutar hasta abstraerte del mundo real. También el pensamiento crítico, a través de los comentarios de texto de noticias de actualidad.
* Santiago de matemáticas. Gracias en parte al que estudié dicha carrera. Nos hacía reír, nos contaba anécdotas y era muy paciente. Y creía en nosotros y en que podíamos dar siempre más. Nos ponía fórmulas de la carrera, y nos decía, bueno, mirarlas e id conociéndolas. También nos planteaba juegos y problemas de lógica. Tuve la suerte muchos años después de poder ser compañera en mi mismo instituto.
* Carmen de naturales. Era muy cercana, de hecho salía a tomar café con algunos alumnos/as. En esa época se podía ser más amigo/a del profesorado, algo que se acercaba más a la educación clásica y a como funciona en algunos países del norte. Nos ayudó a perder miedo a los exámenes y a estudiar poco a poco. Nos hacía una especie de pruebas escritas todos los viernes de poca materia. Luego solo corregía algunos, pero esto mantenía nuestra motivación, al final era como una especie de juego: te tocará, no te tocará,... También nos llevaba mucho al laboratorio.
* Trini de inglés. Llegó muy joven al instituto. Nos ponía canciones, noticias,... Fue de lo más novedoso para mi en metodología en esos momentos. También pude coincidir con ella como docente y sigue actualizándose, y ahora hace también teatro y siempre actividades novedosas.
Y bueno, creo que me ha quedado muy extenso, pero es una reflexión más bien personal de la que luego concretaré la siguiente tarea en dos ejemplos, uno positivo y otro negativo, como se nos pedía.
Como reflexión final, se me viene a la mente algo que escuché a Mar Romera: "No aprenden de los que les decimos, aprenden de lo que somos".
Y es que creo que efectivamente, en todos los ejemplos positivos aparte
de maestros y profesores resultan ser personas a las que admiraba y que
he seguido admirando. De hecho, no creo que sea casualidad que además
de como docente con varios he coincido en actividades y movimientos
sociales, políticos y feministas de la ciudad. ¡Y espero seguir
coincidiendo y aprendiendo de ellos/as y con ellos/as por muchos años
más!
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