M8. EDUCACIÓN TRANSFORMADORA: CONCEPTOS, FINES Y MÉTODOS


Ante todo, ya que queda poco, muchas gracias por este final del curso. Desde que empecé a formarme en nuevas metodologías me he estado planteando cómo es que lo que yo considero una forma de trabajo en relación directa con la lucha por la justicia social, se está implantando tan bien y tan rápido en espacios y leyes claramente neoliberales.
Así que el planteamiento de este módulo en primer lugar me hace ver que elegí bien al matricularme en este curso, que está llegando a este nivel de profundización y reflexión tan necesarios. Y en segundo lugar me ha dado la respuesta que buscaba: "hay que tener mucho cuidado para que esas estrategias educativas no sean pedagogías para la adaptación individual en vez de pedagogías para la transformación social. La enseñanza y los curricula prácticos y `progresistas´ no siempre son críticos, desde el punto de vista social" Michael W. Apple.
Y es que me sigo sorprendiendo cada vez que en entornos que defienden claramente un liberalismo económico se esté hablando a la vez con respecto a la práctica educativa de Freire, revolucionario movilizador de los “oprimidos”; Freinet, que gestó el llamado “materialismo escolar” (a partir de textos de Marx, Engels y Lenin), etc.
Creo que la clave es que el sistema es capaz de reconocer lo bueno, lo excelente, y es capaz de transformarlo y absorberlo, para lograr sus propios fines, más encaminados a la productividad (explotación) de las personas.
Esto es un interesante debate que viene desde el siglo XIX.
Bakunin ya planteaba: “Si los obreros y campesinos no rompen su ignorancia, no podrán enfrentarse al orden social injusto; pero sólo la ruptura de ese orden social, será la que abra el camino a la instauración de una sociedad distinta”
Esto implica que la transformación educativa, aunque no sea una condición “suficiente”, sí que es “necesaria”. Esta idea es una especificidad en el seno del anarquismo de esa época, lo que hace que para ellos la educación siempre tuviera un papel fundamental.
Si pretendemos formar personas capaces de decidir por sí mismas, capaces de sacudirse la opresión y no volver a caer en ella, hay que educarles desde pequeños, fomentar en ellos el sentido crítico y la autonomía personal, así como unos valores de solidaridad y libertad” (Libro Escritos Anarquistas sobre Educación).
Si quitamos la aclaración “capaces de sacudirse la opresión y no volver a caer en ella” podría ser un texto sobre las Competencias que apareciera recogido en cualquier ley.
Y esto es porque hay mucho consenso en el Cuáles son las mejores metodologías, cómo trabajarlas, etc., pero lo fundamental, lo que hará que una Metodología sea transformadora socialmente, está en dos cuestiones. Por una lado en el CON QUIEN? trabajamos. Y ahí estoy totalmente de acuerdo con los textos que plantean el trabajo conjuntos con las Organizaciones Sociales, que además se refleja en la práctica en proyectos como las Comunidades de Aprendizaje y en la metodología de Aprendizaje Servicio.
Por otro lado, en el PARA QUÉ? la aplicamos. Y tenemos que tener este objetivo tan claro como los otros. Porque estaba, en los educadores anarquistas, en Freinet, en Freire… y de forma intencionada están borrando esa parte y vaciándola de contenido. Así que habrá que ir recogiéndolo, escribiéndolo, recordándolo,… recuperándolo. Por justicia y rigor histórico, y porque si no, nuestra práctica educativa no incidirá en una verdadera transformación social.
Por último, poniendo todo esto en relación con la Neurociencia, está demostrado que el contexto influye en la educación más que la genética. Esto incluye la alimentación, el descanso, el vivir en un ambiente adecuado, etc.
¿Podemos entonces trabajar con nuestro alumnado, con cualquier metodología, sin asegurarnos que están bien atendidas sus condiciones y necesidades básicas? ¿Basta con querer mucho a nuestro alumnado aunque no llegue bien alimentado, si no ha podido dormir esa noche, o si está preocupado porque sus padres no encuentra trabajo o si lo van a desahuciar de su casa? (En uno de los hilos he contado la experiencia del IES Diamantino García Acosta que tuvo clara la respuesta por si queréis conocerla).
¿Queremos ser docentes de una educación transformadora, PARA nuestro alumnado individualmente, PARA QUE nuestro alumnado transforme la sociedad o estamos dispuestas a transformar la sociedad JUNTO A nuestro alumnado?
¿Qué pensamos, sentimos y podemos hacer al respecto?
Paloma Puerto Moyano – Córdoba 10 Julio 2018

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