Ante
todo, ya que queda poco, muchas gracias por este final del curso.
Desde que empecé a formarme en nuevas metodologías me he estado
planteando cómo es que lo que yo considero una forma de trabajo en
relación directa con la lucha por la justicia social, se está
implantando tan bien y tan rápido en espacios y leyes claramente
neoliberales.
Así
que el planteamiento de este módulo en primer lugar me hace ver que
elegí bien al matricularme en este curso, que está llegando a este
nivel de profundización y reflexión tan necesarios. Y en segundo
lugar me ha dado la respuesta que buscaba: "hay que tener
mucho cuidado para que esas estrategias educativas no sean pedagogías
para la adaptación individual en vez de pedagogías para la
transformación social. La enseñanza y los curricula prácticos y
`progresistas´ no siempre son críticos, desde el punto de vista
social" Michael W. Apple.
Y
es que me
sigo
sorprendiendo cada vez que en entornos que defienden claramente un
liberalismo económico se esté hablando a la vez con respecto a la
práctica educativa de Freire, revolucionario movilizador de los
“oprimidos”; Freinet, que gestó el llamado
“materialismo escolar” (a partir de textos de Marx, Engels y
Lenin), etc.
Creo
que la
clave es que el sistema es capaz de reconocer lo bueno, lo excelente,
y es capaz de transformarlo y
absorberlo, para
lograr sus propios fines, más
encaminados a la productividad (explotación) de las personas.
Esto
es un interesante debate que viene desde el siglo XIX.
Bakunin
ya planteaba: “Si los obreros y campesinos no rompen su ignorancia,
no podrán enfrentarse al orden social injusto; pero sólo la ruptura
de ese orden social, será la que abra el camino a la instauración
de una sociedad distinta”
Esto
implica que la transformación educativa, aunque no sea una condición
“suficiente”, sí que es “necesaria”. Esta idea es una
especificidad en el seno del anarquismo de esa época, lo que hace
que para ellos la educación siempre tuviera un papel fundamental.
“Si
pretendemos formar personas capaces de decidir por sí mismas,
capaces de sacudirse la opresión y no volver a caer en ella, hay que
educarles desde pequeños, fomentar en ellos el sentido crítico y la
autonomía personal, así como unos valores de solidaridad y
libertad” (Libro Escritos Anarquistas sobre Educación).
Si
quitamos la aclaración “capaces de sacudirse la opresión y no
volver a caer en ella” podría ser un texto sobre las Competencias
que apareciera recogido en cualquier ley.
Y
esto es porque hay mucho consenso en el Cuáles son las mejores
metodologías, cómo trabajarlas, etc., pero lo fundamental, lo que
hará que una Metodología sea transformadora socialmente, está en
dos cuestiones. Por una lado en el CON QUIEN? trabajamos. Y ahí
estoy totalmente de acuerdo con los textos que plantean el trabajo
conjuntos con las Organizaciones Sociales, que además se refleja en
la práctica en proyectos como las Comunidades de Aprendizaje y en la
metodología de Aprendizaje Servicio.
Por
otro lado, en el PARA QUÉ? la aplicamos. Y tenemos que tener este
objetivo tan claro como los otros. Porque estaba, en los educadores
anarquistas, en Freinet, en Freire… y de forma intencionada están
borrando esa parte y vaciándola de contenido. Así que habrá que ir
recogiéndolo, escribiéndolo, recordándolo,… recuperándolo. Por
justicia y rigor histórico, y porque si no, nuestra práctica
educativa no incidirá en una verdadera transformación social.
Por
último, poniendo todo esto en relación con la Neurociencia, está
demostrado que el contexto influye en la educación más que la
genética. Esto incluye la alimentación, el descanso, el vivir en un
ambiente adecuado, etc.
¿Podemos
entonces trabajar con nuestro alumnado, con cualquier metodología,
sin asegurarnos que están bien atendidas sus condiciones y
necesidades básicas? ¿Basta con querer mucho a nuestro alumnado
aunque no llegue bien alimentado, si no ha podido dormir esa noche, o
si está preocupado porque sus padres no encuentra trabajo o si lo
van a desahuciar de su casa? (En uno de los hilos he contado la
experiencia del IES Diamantino García Acosta que tuvo clara la
respuesta por si queréis conocerla).
¿Queremos
ser docentes de una educación transformadora, PARA nuestro alumnado
individualmente, PARA QUE nuestro alumnado transforme la sociedad o
estamos dispuestas a transformar la sociedad JUNTO A nuestro
alumnado?
¿Qué
pensamos, sentimos y podemos hacer al respecto?
Paloma
Puerto Moyano – Córdoba 10 Julio 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario